Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:
Decid a la hija de Sion:
He aquí, tu Rey viene a ti,
Manso, y sentado sobre una asna,
Sobre un pollino, hijo de animal de carga.
Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es este? Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.
(Mr. 11.1-11; Lc. 19.28-40; Jn. 12.12-19).
Parece irónico lo que representa el Misterio de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, donde se presentaba al pueblo, donde todos se acercaban —ese baño de masas—, frente a esas vallas de la carrera oficial. Vale que pagues por ver las cofradías desde tu privilegiada silla, pero de ahí a impedir que la gente tras las vallas bajas puedan ver el paso de los cortejos procesionales para que pasen por caja… Y del propio negocio con las festividades y fiestas religiosas como esta Semana Santa o la Navidad, algo también contraproducente con la enseñanza de Cristo (véase cuando arrojó a los vendedores del templo), daría para otra reflexión. Y en todo caso, estas contradicciones respecto a la filosofía cristiana —como ocurre en otras religiones—, no nos representa. Imagino qué diría y haría Jesús si se personara en ese momento y lugar. Por lo que lo conocemos a través de los Evangelios, Jesús no era paz y amor como tenemos el concepto como tópico. No sabías por dónde te iba a salir. Si estuviera aquí tumbaría esas vallas y furibundo diría algo como: «Vosotros que os hacéis llamar mis seguidores, Eleváis a los ricos en tribunas, pero ¿por qué impedís que los humildes vean a su Señor? Sabed que he venido para el justos y pecadores, para ricos y pobres, para sabios e ignorantes. Dejad que todos se acerquen a mí».
El paso de misterio de Ntro. P. Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal, conocido como "La Borriquita", a punto de girar para pasar por la Puerta del Puente que da comienzo a la carrera oficial. La Virgen de la Palma a punto de entrar en carrera oficial. Al fondo se aprecia la tribuna de autoridades.
No solo estas vallas privatizan algo que debería ser público, tanto desde lo religioso como desde el sentido común, sino que además son clasistas. Si puedes permitirte un palco, que no son baratos, puedes ver las cofradías; los pobrecitos no. Y dirán: «Pues te vas a otro sitio». No se trata del enclave, sino del hecho en sí y recalcar que esto no representa al verdadero cristianismo. Y por cierto, para terminar os traslado la opinión pública. Mientras estaba en el lugar desde el que tomé las fotos, TODO el mundo hablaba de las vallas. Y me imagino que también a todo el mundo se le partía el corazón viendo a los chiquillos tras ellas vallas; los más privilegiados los veías encaramados. Aunque todo hay que decirlo: al menos las vallas tienen agujeritos. Qué contraste con la escena del paso de cristo donde Jesús entra en Jerusalén rodeado de gente que lo recibe con las palmas: mayores y pequeños. En esos chiquillos me veía a mí de pequeño cuando veía las cofradías en la carrera oficial de entonces, en otra zona de la ciudad, con las vallas bajas por razones comprensibles, para no invadir la calzada, delante la gente que pagaba por sus sillas, pero ninguna valla alta te impedía ver las procesiones.
Hoy, vemos esta procesión del paso de misterio de Ntro. Padre Jesús Privatizado y la dolorosa bajo palio de Mª Stma. del Negocio. Seáis creyentes o no, ya veis que la naturaleza del cristianismo (la original y verdadera) es pública, ¿qué opináis?
Hasta pronto, amigos.