En esta ocasión le tocó a esta chica de 35 años,
Belén, que desempeñaba su trabajo un día más. Ya debía tener vocación cuando,
después de interponer varias denuncias por amenazas de muerte por parte de
estos menores, y vete a saber qué más, no faltó a su puesto de trabajo. Dicen
los medios «piso tutelado», como si fuera el que vivimos la inmensa mayoría en
nuestros bloques de viviendas, cuando se trataba de un chalet en una
urbanización de Badajoz. Con el historial de estos menores, comenzando por la
fuga el 1 de marzo y terminando por el infierno que ya soportaba la educadora,
una noche más debió ser de auténtico terror. No sé vosotros, pero hay algo que
no me cuadra. Tenemos a unos delincuentes en potencia ¡en un chalet! Y la
trabajadora, sin protección, sin ningún sistema de seguridad, indefensa… pasaba
ahí todas las noches. Me imagino la situación de madrugada; algo que no
igualaría el más tétrico videojuego de terror. Se dice que estos, dos chicos y
una chica, gozaban de un régimen de semilibertad. ¡Claro que sí! Como
premio por la reciente fuga, el hurto de coches de uno de los menores y
partirle la nariz a su padre; aparte de los treinta y siete delitos cometidos
tan solo en un fin de semana. Y hablando de "padre", merece toda nuestra atención las declaraciones del progenitor de uno de los detenidos. Es una lástima que los medios no hayan difundido algo muy constructivo como es un padre no encubrir a su hijo por ser tal, como acostumbramos a ver.
Comprendo que tenemos un sistema penitenciario (para adultos) y otro para menores. Ambos están basados en la reeducación y no en el castigo. Por eso, precisamente, trabajan estos profesionales: educadores, trabajadores sociales, psicólogos y psiquiatras y los que me dejaré en el tintero. Pero, creo que debería ser obvio, que no temieran por su vida; trabajaran en unas condiciones normales. Desde mi ignorancia, pregunto por qué estos delincuentes en potencia estaban en un chalet y no en un centro con las debidas medidas de seguridad. ¿Se fugaron el 1 de marzo y a los dos días ya los pretendían reinsertar? Ni el programa Hermano mayor, oiga…
Disculpadme por entrar ahora en un tema que puede ser polémico, y más en países como España, con otro sistema y otra mentalidad al respecto. Vivimos en un estado de derecho en el que la protección la aseguran los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Aquí no se contempla el derecho a la defensa propia y ajena; no al menos como lo conocemos en otros países. Sé lo que estáis pensando y yo también… Si fuéramos a todas partes armados como en EE.UU., esto ya es jauja. Sin embargo, cada vez son más frecuentes los tiroteos, sí, aquí, en España. Pero es cierto (y evidente) que la ciudadanía estamos ahora en una posición de desventaja. Ya no es la delincuencia, sino la criminalidad que además sigue su escalada. Tan solo con este caso, la compañero de la víctima, ha declarado que se ha observado un aumento considerable de la agresividad en estos menores. Lo denuncian hasta la saciedad, pero como es de esperar por parte de los de arriba, aquí como el que oye llover… Volviendo a la cotidianeidad, ya no vas por la calle y te pegan un tirón del bolso, de la cadena o te asaltan a punta de navaja. Ya es normal que te cruces con esta gente, cada vez más frecuente, y sin motivo te meten ochenta puñaladas o cinco tiros. Ya sea por la noche, por el día, estés en tu coche o saliendo de casa. Y ya sean menores o mayores. Y esto lo resalto: ya sean de Tánger, de Kuala Lumpur o de Zamora. Y para los que quieran saberlo, estos tres asesinos eran más pacenses que el Guadiana. ¿No os dais cuenta de que es el odio el problema? ¿No os dais cuenta de que son los de arriba los que juegan con nosotros? El juego consiste en que cada equipo acapare a su masa y los equipos se enfrenten. Y en lugar de puntos en el marcador se anotan votos. Siempre me remito al bien y al mal. Hay seres humanos buenos y seres humanos malos. Sí, como en esa escena de Los Simpson del yogurlado maldito con «eso es malo, eso es bueno». ¡Con lo sencillo que es! Poniendo como ejemplo este caso: ¿matar a una persona está bien o mal? Pero claro, volviendo al tema de la defensa, si tú acabas con una persona antes de que ella acabe contigo o con la de otra, en defensa propia o ajena, ¿está bien o mal? Sí, vivimos en un estado de derecho, pero evidentemente la policía no va a llegar a tiempo porque la teletransportación es cosa de Dragon Ball y Harry Potter; contando que mientras tienes a los asesinos frente a ti puedas llamar a emergencias; menos en el caso de Belén cuando estaba sola, de madrugada, incomunicada ante sus asesinos, en tan tétrico chalet. Respecto a la ética en la defensa propia y ajena creo que todos sabemos la respuesta, pero reflexionad.
Voy terminando con el tema de la responsabilidad penal de los menores. Puedo entender que no compartan penitenciaría con los mayores, pero de ahí a que se le eximan de consecuencias… Uno de los tres, el de 15 años, ya era un figura del robo de vehículos y los conducía. Fue el que, tras acabar con Belén, le robó el coche y huyó con sus secuaces hasta que tuvieron un accidente y los trincaron. Me acordé del caso de Marta del Castillo con el menor implicado, alias el Cuco. Dieciséis años después, ya no solo lamentamos la inoperancia, sino que el sistema judicial de menores ha ido a peor, incluso. Mejor no entrar en ese caso o en el de Laura Luelmo, a quien habríamos considerado compañera de Belén. Cada caso, cada vida arrebatada, vale y no debemos olvidarla.
Tenemos a menores que son conscientes de su crimen y actúan como adultos. Como decía, vale que no los metamos en la cárcel, pero aseguremos una condena en los centros de menores. Y no porque cumplan los 18 aquí paz y después de gloria. De estos tres detenidos, la chica tiene 17. Entonces, ¿Cuándo cumpla 18 ya es responsable y horas antes de su cumpleaños no?, o cómo va eso. Y sí, sabemos que los menores no han alcanzado la plena madurez (lo que se logra, por lo general, a los 21 años). Pero también hay adultos, y criminales a la vez, con la mentalidad de un chaval de quince años. Si compramos el sistema actual, al cumplir la mayoría de edad que continúen la condena en prisión. Digo que, a un menor, por ejemplo, de 15 años, se le condene a 20 años: 5 en el centro de menores y los 15 en prisión. ¿Por qué no recibir atención individualizada (lo que también hemos de aplicar a los adultos) en lugar de seguir errando al meter a todos en el mismo saco? Sí, se debe trabajar en la reinserción, pero hacerlo bien por parte de la Administración que tiene la obligación de asegurar los recursos: personal, materiales, medidas de seguridad y, en especial, sensatez que ha sido la verdadera asesina de esta pobre trabajadora. ¿Pero qué sensatez vamos a esperar de estos pichichis que juegan con nosotros como si fuéramos los equipos del mundial? Me parece genial que el barómetro del CIS analice la intención de voto casi todos los días. Ya no es un capricho atender a la opinión pública; ya se trata de oír lo que el funcionariado está denunciando; algo que no es ninguna tontería sino de vida o muerte.
Dejemos de decir «hay que hacer algo». No tienes que ser educadora en un chalet, pasando la noche con tres delincuentes en potencia sin ningún tipo de protección. No olvides que se ha convertido en la norma el que salgas a la calle tengas la mala suerte de cruzarte con un demonio que irá a por ti sin tener que darles un motivo o provocarlo. Y los mayores de edad, pocas consecuencias tienen para las que deberían y los menores menos aún. Está bien concienciar a esta gente, pero mientras no desarrollemos una mentalidad inmaculada a la altura de países nº 1 en seguridad como Islandia, queremos salir a la calle con la debida seguridad, ¿no? Algo habrá que hacer. Las mujeres estáis en una posición de vulnerabilidad (el mayor exponente en la violencia de género), pero los hombres tampoco somos Jean-Claude Van Damme. A cualquier persona, tú, yo, tu familiar, tu amigo o amiga…, le meten ocho tiros ¿y qué hace o haces? Pero la pregunta constructiva es: ¿cómo nos hacemos oír para que se dé más importancia a la llamada de auxilio que a la intención de voto? Queda muy bonito decir «ni una más» cuando no se está haciendo nada. Y lo siento, pero aquí nos incluimos nosotros. Si algo hemos aprendido de nuestros amigos valencianos, es que el pueblo unido se basta para limpiar de lodo lo que haga falta.
España es un país con una gastronomía de fama mundial, rico en folclore, en
historia con sus vestigios monumentales, en naturaleza y con una gente increíble. Pero
nada más... Lo bueno es que hay esperanza si de verdad hacemos algo. No olvidemos al pueblo valenciano y, si echamos la mirada más atrás, otras veces en las que los españoles nos unimos. ¿Quién no conoce la figura de Agustina de Aragón? Entonces eran los franceses ¿y ahora?
Hasta pronto, amigos.
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