No hay nada de malo en un vídeo gracioso para entretener. El fenómeno Mercadona, si podemos llamarlo así, surgió en First Dates, alguien subió un primer TikTok, el algoritmo lo agració con no sé cuántos millones de reproducciones y cuatrillones de comentarios, empezó a subirlo más gente y, en definitiva, como todo lo que se hace viral, ¿no? Este es el vídeo en YouTube:
Los
medios de comunicación se hicieron eco y salió la hora de ligar en Mercadona
en los periódicos y también en televisión; ¡faltaría más! Bueno, normal porque
se llega a convertir en noticia y los medios siempre son altavoz de estos
virales. En el mismo telediario hemos llegado a ver como noticia a un gato tocando
el piano y un bebé que se ríe. Lo podemos comprender.Ya veis que de vez cuando subo estos vídeos a las historias de Instagram para compartir esas risas con vosotros; igual que hacéis por vuestra parte.
A tal punto ha llegado el caso de las piñas que la noticia es ahora el que Mercadona adopte medidas y retire las piñas de 19:00 a 20:00. He visto los últimos vídeos de la gente participando en el reto y un despelote: un grupillo de críos, jovencitas en compañía de maduritas y hasta un abuelo. El otro día intervino la Ertzaintza en un establecimiento de Bilbao porque se llenó de chavales y ya incomodaban a los verdaderos clientes. Ni el personal de seguridad podía con ellos. Hasta una despedida de soltera… No está mal para divertirse porque bastante tenemos con la realidad. No vamos a negar que nos recuerda a lo del papel higiénico. En fin, cosas de la mentalidad.
Os hablo de esto en relación con la mayoría de los medios de comunicación; lo más famosos. Os cuento. Cuando publiqué El Chaparral a primeros julio elaboré una nota de prensa y una imagen promocional que adjunté en los correos destinados a medios locales. Para que os hagáis una idea de cómo me dirigí y qué interés podían ver en mi libro (más bien en los temas que trata), leed y valorad:
«Asunto: tengo el gusto de presentaros la publicación de mi novela
Cuerpo del mensaje:
Estimado equipo de (…):
Como autor no seré noticia ya que por varias publicaciones que lleve apenas nadie me conoce. Tampoco pretendo aprovecharme de vuestra cobertura. Lo que detallo en la nota de prensa y en la sinopsis de esta imagen promocional es la historia que aborda este ensayo-ficción. Sí que es noticia la España vaciada y el que las incomunicaciones, la inaccesibilidad a servicios básicos para la población rural (máxime para nuestros mayores y personas discapacitadas) contribuyeron a las migraciones masivas a la ciudad. Esta novela, ambientada en la estación de El Chaparral plasma los últimos días de un lugar lleno de vida entre los propios ferroviarios y sus familias y las gentes que habitaban los cortijos del entorno.
En definitiva, lo que me gustaría dar a conocer es la referida historia de interés por el trato de aspectos de índole social y la defensa del ferrocarril público y social, así como del patrimonio histórico.
Con esta introducción, no pretendo extenderme demasiado en el cuerpo del mensaje cuando lo detallo en los adjuntos. Agradezco vuestra atención.
Reciban un cordial saludo.
Antonio Miguel Lara Ríos».
Aquí tenéis la nota de prensa y la imagen. Es todo vuestro. No soy receloso con el libro; al contrario, pretendo dar a conocer los temas que aborda; aparte de las tramas y los personajes.
A lo que iba. Lo envié a cinco medios (cuatro periódicos
y una cadena de televisión) con parecida estructura, pero mensajes personalizados;
que ni siquiera me fui al copia y pega. Tampoco fui ambicioso; ya os digo que
medios locales en los que intuía que este tema podía interesarles; ya ni
siquiera el aspecto cultural del libro, sino los temas que trata, como habéis
leído en el fragmento. Ni uno me respondió. Al menos esperaba confirmación de
que habían recibido el correo. Yo sé que, si no mandaron el correo a la
papelera sin siquiera abrirlo, pensarían: «¿Y el mindundi este quién es?». Y no
lo digo por la voz del impostor, ni por autoestima baja. Es así. Además, tienen
toda la razón. ¡Y ojo! Que no estoy generalizando. En redes, al seguirme
periodistas, me hace muchísima ilusión porque me imagino que pueden encontrar
interés en lo que pueda ofrecer. Sería muy prepotente insinuar que mi libro
debería hacerse viral. Lo que os cuento es el que ni siquiera me
respondieran a los correos. Ya sabemos que para hacernos famosos hemos
de tirarnos de un coche en marcha, bailar en la carretera y subirlo a TikTok.
Creo que no hace falta añadir nada más para cerrar la reflexión.
Un abrazo, amigos.
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