" Por qué los cabrones ríen y los honrados padecen, por qué no puedo ser libre si no hago daño a nadie". Nach Scratch

miércoles, 28 de abril de 2010

Es fácil cambiar tu vida


La historia que quiero contaros hoy va dedicada a esas personas aburridas de la rutina, que necesitan nuevas emociones que estimulen y exciten su vida; a esas personas que piensan que su vida es un desastre.

Para reconstruir primero debemos destruir lo que ya existe, es algo obvio. Sin embargo, a menudo, cuando necesitamos construir algo nuevo o reconstruir una parte de nuestra vida, nos agobiamos tanto que obviamos esta obviedad (valga la redundancia).

La historia trata sobre un chaval de unos 20 años. Recién terminados sus estudios de administrativo, al poco tiempo encontró trabajo en una oficina. Pero pronto se hartaría. La sobrecarga laboral, las excesivas horas de trabajo y el estrés laboral, hacían que la vida del joven se volviese cada vez más insoportable y difícil de sobrellevar el día a día. Llegó al punto de no importarle el sueldo o la suerte de pertenecer a una empresa y no a las listas del paro. Ya le daba igual, solo quería volver a disfrutar de su vida. Para qué tanto dinero si no tenía tiempo para gastárselo ni disfrutar su propio sueldo.

Una mañana más sonó el despertador a las 7:00. Pero esa noche tuvo un sueño, un punto de inflexión. En vez de coger su maletín con la documentación de la empresa, fue a por la maleta de viaje y en ella echó tanta ropa como cupo. Al salir de casa cerró la puerta con llave y en ella colocó un cartel en el que rezaba: "Abandonada". Arrancó su coche y no puso rumbo hacia la oficina si no que lo hizo en dirección contraria. Sin rumbo determinado abandonó la ciudad. Solo pensaba ir donde la intuición le llevase. Estuvo varias horas conduciendo, buscando ese lugar donde su vida fuera de otra manera, donde el sueño de esa noche se hiciera realidad. Pero los vastos campos de trigo y los cultivos de viñedos y olivares no le decían nada. Él buscaba algo más. Una recta, monótona, contribuyó al cansancio. A lo lejos, sobre el horizonte, una sierra le llamó la atención y decidió poner rumbo hacia aquel lugar.

Al cabo del rato ya se encontraba serpenteando para subir aquellas montañas. Una vida rodeado solo de la más plena naturaleza era lo que él buscaba. Pasado el puerto de montaña, se descubrió en la otra vertiente un valle de ensueño rodeado de montañas cubiertas de frondosos bosques y, en el centro, prados verdes abrazaban un precioso pueblo de casas blancas. En uno de los límites del pueblo un pequeño río bajaba desde su nacimiento en las montañas. No lo pensó dos veces. Expectante, descendió la montaña. Estaba a unos minutos de comenzar la vida que siempre soñó tener.

Dejó el coche aparcado en las afueras de aquel pueblo, a pie se dispuso a darse un paseo por sus blancas calles. los habitantes de aquella pequeña localidad lo miraban extrañado al no haberlo visto nunca por allí. Llegó a una plaza donde parecía que se celebraba alguna festividad. Él se quedó apartado de las personas que disfrutaban del ambiente de aquella fiesta, hasta que varios jóvenes fueron en su busca y les invitó a que se uniese a la fiesta.

Ya han pasado 5 años desde que aquel joven empezase su nueva vida en ese pueblecito de cuento de hadas. En la fiesta se hizo muy amigo de esos jóvenes y pronto se integró en el grupo. De aquel grupo tomó más confianza con una chica de su edad. El tiempo fue pasando, ellos se enamoraron, se compraron su casita en el pueblo y se pusieron a trabajar. Él en una tienda de ultramarinos y ella era la bendecida médica que al fin pudo ejercer en el consultorio.

Podréis decir que no tenéis la oportunidad de hacer las maletas, buscar otra vida en otro lugar, y afirmaréis, os convenceréis, sobre vuestra vida inmutable. No es necesario cambiar de lugar ni de costumbres para cambiar tu vida; solo debes ver lo bueno y lo malo que tienes en ella. quítate lo malo de encima y tómatelo con optimismo y no te prives cuando se te presente la ocasión. Atrapa cada momento y no pierdas el tren de la vida que, a veces, solo una vez. Solo con cambiar tu ánimo, tu forma de ser o simplemente con solo cambiar la forma de ver y tomarte las cosas, ya estás cambiando tu vida.

Esta historia está inspirada en una de las mejores que he escuchado se llama "El momento vivido" escrita por "Teo Rodríguez". Escuchar este relato hizo que me animara un día a cambiar mi vida.








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