" Por qué los cabrones ríen y los honrados padecen, por qué no puedo ser libre si no hago daño a nadie". Nach Scratch

domingo, 10 de diciembre de 2023

Un simbólico pen de "Los Minions"

 


Lo destacado aquí no es la copia encuadernada que presenté en la oficina del Registro de la Propiedad Intelectual. La foto la tomé es misma mañana y en la tarde de antes metí el PDF para llevarlo a la copistería. Aquí ocurrió algo gracioso: llego y por algún problema no se leía el archivo. Volví a mi casa, lo reemplacé y a la segunda pudieron imprimirlo. A todo esto, había que sumarle la lluvia. Quería dejarlo todo finiquitado en el último día antes del puente y poder anunciar La Navidad de las ambulantes en el fin de semana.

Pero como decía lo importante aquí es el pen. Entre varios elegí este porque me lo regaló mi amiga. Para mí decía, como si le estuviera hablando de manera telepática (¡wooh!, y en esto nosotros dos tendríamos mucho que contar): «Mira para lo que ha servido tu regalo». Y me quedo corto. El simbolismo que guarda al ser un regalo es porque ella me apoya desde el principios de los tiempos. En lo que respecta a lo que escribo, con el primer libro una mañana me acompañó a la librería de su barrio. Se lo leyó y le gustó. No recuerdo si le conté algo muy relevante con En busca de su encuentro. Tuvo su origen en una historia que, si lo considera oportuno, la contaré, puesto que forma parte de nuestra historia; nuestras vivencias. Con solo decir «lo de los semáforos», ya sabemos a qué nos referimos. Solo diré, por encima, de ese primero —precisamente ahora que ha terminado Cuéntame—, que en una adaptación en esa serie de Cuento de Navidad vi un toque de atención, puesto que me estaba convirtiendo en Scrooge. Desde entonces descubrí a Dickens y se convirtió en mi autor predilecto, mi ídolo, lo que también se refleja en este último libro navideño.

En lo sucesivo se ha interesado y me ha seguido apoyando, como con el último, En el nombre de Arcadia. De hecho, guardo con cariño el que me dijera: «Voy a ser tu lectora nº 1». Y por entonces ya le dije que me inspiró para uno de los personajes protagonistas. Adjunto la ilustración que sirve para la página de la Primera parte, además de aparecer en una de las solapas junto con la frase destacada del libro. Ya en este dibujo quise meter simbolismo; máxime en el desarrollo del propio personaje. Por ejemplo, empuña una espada porque ella es muy fuerte… en todos los aspectos; también la sabiduría y la sensatez personificada. ¿Y por contraparte yo soy Maddox? No. Mi alter ego está repartido en muchos personajes. En el suyo, de hecho. Y por cierto, una vez me comentó que le gustaban las orejas picudas; por eso los de la raza de los clannadurs, a la que estos protagonistas pertenecen, tienen las orejas picudas. Es un guiño más hacia mi amiga.

 

Ilustración de los personajes de "En el nombre de Arcadia", la princesa Alanna y su amigo Maddox

Os voy a ilustrar con una comparación, de hecho, muy nuestra: «es como tener a Gandalf en tu vida». No nos conocimos ayer. Nuestra amistad va camino de los veinte años. Hemos pasado juntos ese paso de la adolescencia a la juventud. En ese tiempo comencé este blog, aunque era otro… un niñato. Siempre digo que fue la primera etapa del blog y esta es la apropiada que reemprendí hace unos meses. Hace unos meses leí lo que escribía con 20 años y vaya vergüenza. Soltaba palabrotas que… no voy a reproducir, claro está. A todo esto, ella me aguantaba, lo primero de todo, y la vez me aportaba la sensatez; cuánto tenía que aprender. Era, es y será mi mentora, como Gandalf. Hay una frase suya, de esa época, además, que la dice su personaje pero en el segundo de Arcadia que Dios mediante saldrá: «Yo no soy tu mundo, solo formo parte de él». En ese tiempo era muy absorbente y más con ella. Quedaba con mis amigos y los dejaba tirados por si podía quedar con ella. En esa ocasión fue una tarde de mayo, en Córdoba era la feria, pero no iría pudiendo quedar. Entonces con todo el sentido del mundo me dijo esta frase que, puesto que la recuerdo ahora, la tengo presente y me marcó. Y esto es solo un ejemplo. Nuestra historia daría para escribir un libro, después sacar la serie en Netflix y hasta la película, si me apuras.

Por lo pronto podéis conocerla a través de su personaje. Nosotros nos hemos considerado empáticos; nuestra profesión consiste en ayudar a los demás. En su personaje plasmo lo que me ha enseñado en tantísimos años y también otras cualidades, esas que, más que diferencias, nos hacen únicos. Pero ojalá la conocierais en persona.

¡Ah!, lo olvidaba. Desde el libro de Arcadia, me gusta comenzar con una frase que sintetice la esencia de la obra y de entrada me dirija al lector. En el caso de La Navidad de los ambulantes no es la típica filosófica que te encuentras en el azucarillo del bar. En este caso dice así: «La persona que más admiro es aquella capaz de reír en los peores momentos». No hace falta decir de quién lo aprendí.

Hasta pronto, amigos.

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